Colegio Oficial Farmacéuticos Asturias

JAVIER FERNÁNDEZ | OVIEDO

Hizo un alto en su discurso, se echó la mano al bolsillo y extrajo de su cartera la tarjeta sanitaria. Ya con ella en la mano, José Villazón, presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Asturias, insistió en que «todos deberíamos llevarla» ya que es un «documento obligado para retirar medicamentos». Las propias recetas, añadió, recogerán de forma explícita que los pacientes no pueden retirar los medicamentos prescritos si no la presentan. Será una advertencia clara, no como las de las cajetilla de tabanco, pero sin dejar lugar a dudas. Y es que la firma de un nuevo concierto de colaboración, tras dos prórrogas, entre la Consejería de Sanidad y las 457 oficinas de farmacia y los treinta botiquines de Asturias -que emplean a unos 1.800 profesionales-, sirvió ayer para reivindicar el uso de la tarjeta sanitaria como garantía de seguridad y calidad.

Y también para exponer los beneficios del nuevo acuerdo, toda vez que el anterior, formalizado en 2007, expirase tras ser prorrogado en dos ocasiones. «Estamos muy satisfechos», dijo Faustino Blanco, consejero de Sanidad, tras formalizar un convenio que entrará en vigor el 1 de agosto, será efectivo durante cuatro años y permitirá la adaptación a los cambios legislativos que en los últimos tiempos se han introducido en la materia. Ambas partes se comprometieron también a participar de forma activa en la promoción e implantación de la receta electrónica, que ya se utiliza en 32 farmacias de la comarca de Avilés que realizan con este sistema 1.500 dispensaciones diarias.

Blanco subrayó que esta herramienta, que llegará a Gijón y su entorno este próximo otoño y que se utilizará en toda la región antes de que finalice el primer trimestre de 2015, permite ya conocer qué pacientes están descuidando su tratamiento por motivos económicos algo que, ahora «es muy difícil de medir».

El consejero se mostró consciente de que tras la implantación del copago -«es un impuesto a la enfermedad»- hay ciudadanos con problemas para acceder a los medicamentos y recalcó que la receta electrónica establece una relación más estrecha entre médicos, farmacias y enfermos, lo que permite un seguimiento más completo de cada caso. De hecho, aseguró, permite ya controlar que unas 2.000 personas dejen de abonar las medicinas una vez han superado el importe máximo de copago que les corresponde (8, 18 y 60 euros, según su renta).

Villazón resaltó también que la firma trae algunos avances para los programas sociales, ya que 35 farmacias dispensarán, por primera vez, metadona en comprimidos a unos 200 toxicómanos. Hasta ahora el tratamiento se limitaba a medicinas de solución oral.

Además, el presidente del colegio de farmacéuticos, quien resaltó que el concierto «aporta estabilidad a medio plazo y evita tensiones como las que se están viviendo en algunas comunidades mediterráneas», quiso también alabar las beneficios del sistema electrónico, que «permite liberar a los enfermos crónicos de la visita obligada a la consulta y evita que los médicos tengan que atender a este tipo de pacientes para darles la receta».